Los condilomas, también conocidos como verrugas genitales o condilomas acuminados, son lesiones benignas causadas por la infección del virus del papiloma humano (VPH). Actualmente, se considera una de las infecciones de transmisión sexual más frecuente. Los tipos de VPH causantes de estas lesiones se denominan de “bajo riesgo oncogénico”, es decir que no están relacionados con el cáncer. Sin embargo, hasta un tercio de las pacientes con condilomas tienen una co-infección por otros tipos de VPH de “alto riesgo oncogénico”. Los VPH responsables del 95% de los condilomas son los VPH tipo 6 y 11. La forma de presentación de los condilomas es muy variable. Frecuentemente, se observan verrugas o lesiones sobreelevadas de distinto tamaño (desde pocos milímetros a varios centímetros) con la superficie rugosa, adoptando una forma que recuerda a una coliflor o a una cresta de gallo. El número de lesiones también es muy variable, desde pocos elementos (son raras las lesiones únicas) a múltiples lesiones. Dichas lesiones habitualmente afectan a la vulva (labios mayores, menores, clítoris, introito), pero también pueden observarse en la zona perianal o anal, así como en la vagina y cuello del útero. Con menor frecuencia los condilomas pueden afectar otras áreas mucosas como la boca u orofaringe. Existen muchas lesiones en el área genital que pueden manifestarse de forma similar a los condilomas. Por ello, ante cualquier lesión vulvar usted debe consultar con el profesional sanitario adecuado.
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